Kaputt – Curzio Malaparte

Confieso que Curzio Malaparte era uno de esos escritores a los que les tenía miedo, como a Sven Hasel, por ejemplo. Y no porque piense que no vayan a ser buenos escritores, si no porque las novelas de guerra no son uno de mis género preferidos. Pero aún así, hice el esfuerzo de comenzar a leerla. Y la sorpresa fue mayúscula… Digo que la sorpresa fue mayúscula porque Kaputt no es una simple novela de guerra. Como dice el propio escritor en la introducción de la misma, la guerra es una circunstancia que no puede evitar, porque en los momentos que relata era algo que estaba en todas las partes. Y que hizo que Europa fuera algo completamente distinto a partir de entonces.

La novela transcurre en diversos ambientes, podríamos decir, «diplomáticos». Es decir, debido a las actividades diplomáticas del autor, la novela se ambienta en distintos lugares relacionados con esas actividades: el palacio del príncipe en Noruega, el palacio del gobernador de Laponia, el palacio del regente de la Polonia del III Reich… Pero en ellos la conversación que transcurre es una conversación absolutamente diplomática (a veces, incluso está escrita en varios idiomas, predominando el francés) y es a partir de la conversación que se mantiene como el autor, protagonista a su vez de la novela, va recordando diversas vivencias suyas como corresponsal de guerra de Italia (Rumanía, Polonia, Finlandia…) Y ese es el argumento de la novela. Podemos ver un mundo en decadencia que se mantiene a pesar de tener la guerra de trasfondo. Y podemos ver cómo la guerra ha transformado a los hombres, convirtiéndolos casi en animales, y a la vez, ha transformado Europa, dejándola «kaputt», es decir, rota, maltrecha, herida de muerte.

La novela tiene momentos absolutamente geniales que muestran la hipocresía del momento, sobre todo de los personajes del Eje (alemanes, italianos partidarios de Mussolini, rumanos…), pero sin dejar tampoco de lado la crueldad de los aliados. Digno de reseñar es la parte central del libro (central en el sentido espacial, que no de importancia), en la que se describe cómo el regente del III Reich en Polonia apoya como una gran idea suya el alojar a los judíos en ghettos e, incluso, se va a visitar el de Varsovia, como si de una visita turística se tratara. No tiene desperdicio ninguno.

Lo que sí que está claro después de leer la novela son varias cosas. La primera, que Curzio Malaparte es un gran novelista y que merece la pena ser leído. La segunda, que la guerra dejó una profunda huella en Europa que no sé si será superada algún día, aún a pesar de la existencia de la Unión Europea. La tercera es algo que ya sabíamos: el III Reich cometió crímenes contra la humanidad absolutamente deleznables. Pero la contrapartida que nos coloca Malaparte es que, a pesar de lo que dicen aún ahora, la mayoría de los alemanes estaban a favor de esos crímenes y no hicieron nada porque no se cometieran. Incluso alguno de ellos alardeaba de que los ghettos eran la mejor forma de vivir para los judíos… Bueno, reflexionando un poco, no son más que los herederos de aquellos que en la Edad Media metían a los judíos en juderías…

En resumen, una gran novela digna de leerse y que hace mucho pensar sobre lo que pasó en Europa entre los años 1939 y 1945… Y lo que, quizá y sólo digo quizá, está a punto de llegar, esta vez de forma mucho más velada… Quien tenga oídos para oír, oiga.

Mi nota: 9.

Esta entrada fue publicada en Libros y etiquetada , , , , . Guarda el enlace permanente.

Deja un comentario