Segundo día en Berlín: Un paseo entre los tilos.

Comenzamos nuestro segundo día después de un agradable desayuno en el hotel, y con una mañana espléndida en Berlín. Ese día estaba previsto que alcanzáramos una temperatura máxima de 30º, así que íbamos a pasar realmente calor… El plan era ir caminando hasta la Puerta de Brandenburgo (Brandenburg Tor) e ir mirando lo que había alrededor y por el camino, que era mucho. Como ya dije antes, yo me había preparado el viaje a conciencia, usando unos apuntes que me había dado mi profesora de Alemán de la E.O.I. de León y Google Maps. Vaya desde aquí mi agradecimiento por esos apuntes, que son oro en paño, en dos folios de impresora, a mi profesora, Begoña: Viele Dank, meine Lehrerin, weil ich Berlin sehr gut mit deinen Notizen besuchen konnte… Du bist wunderbar!

Como dije, queríamos ir a la Puerta de Brandenburgo. Yo sabía que desde Alexanderplatz había un camino recto, pero como aún no dominábamos bien las calles de la zona, en lugar de ir por la calle correcta, elegimos Grünerstraße, en lugar de Karl-Liebknecht-Straße, que es la que lleva directamente a Unter den Linden. Ambas calles (Grünerstraße y Karl-Liebnecht-Straße) son los laterales más largos del gran rectángulo que es Alexanderplatz. Al elegir el lateral equivocado, terminamos llegando al gran edificio de ladrillos rojos que domina lo que se llama Nikolaiviertel (El Barrio de Nikolai): Das rote Rathaus. Los edificios de los ayuntamientos en Alemania se llaman Rathaus y a este se le conoce como ,,Rotes Rathaus» debido a su edificación, de ladrillo rojo. Se trata de un bello edificio de factura barroca (al menos eso dijo mi hijo el experto en Historia del Arte) con una majestuosa torre con reloj y que tiene en su pináculo una hermosa bandera blanca con dos franjas rojas y un oso rampante (la bandera de Berlín). Aquí podéis ver una foto de él. Desgraciadamente, Nikolaiviertel está en obras y como esta foto está tirada a cierta distancia para poder toda la majestuosidad del edificio de un vistazo, se ven las vallas de las obras.

 Desde allí, y siguiendo las indicaciones de la amable Polizistin de la puerta de la Rathaus, pudimos llegar, a través de un amplio parque dominado por una espléndida fuente de Neptuno en la que me tiré una foto (Neptuno es la fuente del Aleti de Madrid, allá donde esté un aletista, como yo), a una hermosa iglesia, Saint Marie Kirche. En ella se puede contemplar, según que día, lo que queda de un fresco en el que se encuentra una «Danza de la Muerte» (Totendanz). Este tipo de danzas es muy típico de la Europa Alto y Medio medieval y representan un grupo de personajes danzando en un corro junto con la muerte, que siempre está en el centro. A la izquierda de la muerte se presentan los personajes religiosos, comenzando por el Papa y descendiendo en categoría según se alejan de la muerte. A la derecha, los personajes que tienen poder, comenzando por el emperador. Esta iglesia es muy bonita y de lo que me dí cuenta enseguida es que todas las inscripciones están en alemán. Hasta ahí se puede ver la influencia de Lutero… Luego descubriría que esto es siempre así en todas las iglesias en Berlín. Y me gustó la idea, pues es estupendo que uno pueda entender lo que dice algo dentro de una iglesia, sin necesidad de tener que aprender latín. Este Lutero tenía algo de razón al fin y al cabo… Saint Marie Kirche está en la esquina de Karl-Liebknecht-Straße, por lo que ya podíamos seguir camino recto hasta la Puerta de Brandenburgo.

Después de andar un poco, descubrimos dos o tres tiendas de souvenirs en las que gastamos un poco de tiempo en cada una. La primera es de la marca «Berlin» (una marca consistente en las seis letras de Berlín encuadradas formado un rectángulo de tres en tres), la siguiente está dedicada a la venta de ,,Ampelmänner», que es una de los regalos más típicos de Berlín. Resulta que los semáforos de Berlín Este (DDR) tenían unos muñecos para el verde y el rojo especiales y estos, sobre todo el verde, se han convertido en una especie de símbolo de toda la ciudad, junto con los ositos de peluche (por el escudo de la ciudad, claro). Aquí os dejo una foto de un semáforo Berlinés:

La otra tienda fue una sorpresa para nosotros. Se trata de una tienda de juguetes de madera de la que ya habíamos conocido una en Roma, cerca de la Piazza Narbona y que simula el taller de Geppetto, el padre de Pinnochio. Una verdadera maravilla de tienda, que no os podéis perder tanto si vais a Roma como si vais a Berlín.

Siguiendo la misma calle por la que íbamos cruzamos el primer puente sobre el Spree, que nos da la entrada a lo que se llama «Isla de los Museos» (Museen Insel, de la que ya hablaremos en otra entrada). Justo en la esquina de la Isla de los Museos está la catedral del Berlín,  majestuoso monumento de estilo neoclásico y con cúpulas de bronce. Aquí podéis ver una foto:

 Después de un estupendo parque llamado Lust Park (algo así como Parque del Deseo, llegamos a un gran edificio en el que está el Museo Histórico de Alemania (Deutschland Historisches Museum). Como ya empezaba a hacer calor entramos en él. En el hall del mismo hay varias estatuas dignas de ver, sobre todo una de el Kaiser Federico Guillermo II, en la que este aparece sentado. El cartel al pie de la misma dice que la estatua fue realizada por una suscripción popular promovida por un periódico de la época. Pero resulta que, cuando la estatua estaba realizada, nunca llegó a ponerse en ninguna parte, ya que el propio pueblo pensó que no era posible exponer a tan gran monarca en una actitud pensativa, si no que debería ser en una actitud beligerante, como estaba en todos los lados (por ejemplo, un poco más adelante en Unter den Linden, hay una estatua ecuestre del mismo emperador). Así que, nunca fue expuesta.

El Museo Histórico de Alemania está en la calle Unter den Linden, al igual que el siguente edificio singular, que es la Universidad Humbolt. En ella, siempre (al menos durante todos los días en que pasamos por allí) hay una serie de puestos en los que se pueden comprar libros de segunda mano (todos estaban en alemán) de diversos temas, alguno de ellos bastante interesantes. Uno puede encontrar entre esos libros alguno de Álgebra, Arte, Literatura… Tiene la pinta de ser «la calle Libreros» de la Universidad Humbolt. El edificio de la Universidad está flanqueado por sendas estatuas de los hermanos Humbolt, uno de ellos de pie y el otro sedente. Esta última fue erigida por el gobierno cubano, por ser Alexander Humbolt «El segundo descubridor de Cuba». Por frente a la Universidad y al Historisches podemos ver los edificios de la Ópera de Berlín, que, desgraciadamente cuando nosotros visitamos Berlín estaban en obras. Un poco más adelante, se puede saber porqué la calle se llama así. Después de pasar el puente franqueado por sendas estatuas de dioses y héroes griegos, se llega a una calle dividida por una alameda de tilos. También hay tilos en las aceras de ambos lados. Así que, el nombre Unter den Linden, «Entre los tilos», no podía ser más exacto y más poético. Estábamos en el equivalente de nuestro Paseo del Prado madrileño…

Aquí nos entró hambre, por lo que cuando vimos una estupenda pizzería a la sombra (el calor era muy grande), nos sentamos a comer tranquilamente… Pero aún nos queda mucho de este segundo día en Berlín, que comentaré en mi siguiente entrada: La puerta de Brandenburgo.

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